el prfil dl sicopata dl caso d la niña d miraflores

No conoció a sus padres biológicos y se alejó cuando aún era pequeño, de quienes lo criaron. Luego recurrió a un coronel de la FAP, pero éste lo violó y sometió a vejámenes a cambio de ayudarlo económicamente. Su mente enferma, finalmente, terminó convirtiendo a Samuel Frías Sánchez en el autor de uno de los crímenes más macabros de los últimos meses: el de la pequeña Alenda, a quien el pasado 26 de mayo violó y estranguló en Miraflores.
Correo tuvo acceso al resultado de su perfil sicológico, practicado por los peritos sicólogos forenses Dora Atúncar y Damián Fernández, y la conclusión fue: “no presenta trastorno sicopatológico”.
El licenciado en sicología Gabriel Calderón, quien además es profesor de la Pontificia Universidad Católica del Perú, explica que la intención de la pericia sicológica es determinar si existe un trastorno sicopatológico que podría convertirse en un atenuante para el inculpado.
Sin embargo, en este caso no se presenta este tipo de trastorno. De acuerdo a estos exámenes, señaló, “se trata de un sicópata típico, es una persona muy hábil, amoral que calza personalidades antisociales. Él podría fingir afecto y en realidad no sentirlo”.
Explica que precisamente por sus condiciones familiares presenta un sistema alterado. “Tiene una obsesión por el poder y manifiesta esta compulsión en lo sexual y ataca a las personas más vulnerables que son precisamente los niños”, manifiesta el sicólogo.

Obsesión por preservativos usados
Su pervertida mente llevaba a Frías Sánchez hasta el extremo de hospedarse en hoteles con el único propósito de recoger los preservativos usados y salir a la calle para arrojárselos a cuanta jovencita se la cruzaba. Es precisamente por esta actitud que los médicos los describen como un vouyerista. El sicólogo Gabriel Calderón explica que el vouyer obtiene placer sólo mirando. “En este caso, su fetiche es un preservativo usado, lo que implica agresividad al sexo femenino”, explica el especialista.
Yoice Pacori


No conoció a sus padres biológicos y se alejó cuando aún era pequeño, de quienes lo criaron. Luego recurrió a un coronel de la FAP, pero éste lo violó y sometió a vejámenes a cambio de ayudarlo económicamente. Su mente enferma, finalmente, terminó convirtiendo a Samuel Frías Sánchez en el autor de uno de los crímenes más macabros de los últimos meses: el de la pequeña Alenda, a quien el pasado 26 de mayo violó y estranguló en Miraflores.
Correo tuvo acceso al resultado de su perfil sicológico, practicado por los peritos sicólogos forenses Dora Atúncar y Damián Fernández, y la conclusión fue: “no presenta trastorno sicopatológico”.
El licenciado en sicología Gabriel Calderón, quien además es profesor de la Pontificia Universidad Católica del Perú, explica que la intención de la pericia sicológica es determinar si existe un trastorno sicopatológico que podría convertirse en un atenuante para el inculpado.
Sin embargo, en este caso no se presenta este tipo de trastorno. De acuerdo a estos exámenes, señaló, “se trata de un sicópata típico, es una persona muy hábil, amoral que calza personalidades antisociales. Él podría fingir afecto y en realidad no sentirlo”.
Explica que precisamente por sus condiciones familiares presenta un sistema alterado. “Tiene una obsesión por el poder y manifiesta esta compulsión en lo sexual y ataca a las personas más vulnerables que son precisamente los niños”, manifiesta el sicólogo.

Obsesión por preservativos usados
Su pervertida mente llevaba a Frías Sánchez hasta el extremo de hospedarse en hoteles con el único propósito de recoger los preservativos usados y salir a la calle para arrojárselos a cuanta jovencita se la cruzaba. Es precisamente por esta actitud que los médicos los describen como un vouyerista. El sicólogo Gabriel Calderón explica que el vouyer obtiene placer sólo mirando. “En este caso, su fetiche es un preservativo usado, lo que implica agresividad al sexo femenino”, explica el especialista.
Yoice Pacori
ypacori@epensa.com.pe

No conoció a sus padres biológicos y se alejó cuando aún era pequeño, de quienes lo criaron. Luego recurrió a un coronel de la FAP, pero éste lo violó y sometió a vejámenes a cambio de ayudarlo económicamente. Su mente enferma, finalmente, terminó convirtiendo a Samuel Frías Sánchez en el autor de uno de los crímenes más macabros de los últimos meses: el de la pequeña Alenda, a quien el pasado 26 de mayo violó y estranguló en Miraflores.
Correo tuvo acceso al resultado de su perfil sicológico, practicado por los peritos sicólogos forenses Dora Atúncar y Damián Fernández, y la conclusión fue: “no presenta trastorno sicopatológico”.
El licenciado en sicología Gabriel Calderón, quien además es profesor de la Pontificia Universidad Católica del Perú, explica que la intención de la pericia sicológica es determinar si existe un trastorno sicopatológico que podría convertirse en un atenuante para el inculpado.
Sin embargo, en este caso no se presenta este tipo de trastorno. De acuerdo a estos exámenes, señaló, “se trata de un sicópata típico, es una persona muy hábil, amoral que calza personalidades antisociales. Él podría fingir afecto y en realidad no sentirlo”.
Explica que precisamente por sus condiciones familiares presenta un sistema alterado. “Tiene una obsesión por el poder y manifiesta esta compulsión en lo sexual y ataca a las personas más vulnerables que son precisamente los niños”, manifiesta el sicólogo.

Obsesión por preservativos usados
Su pervertida mente llevaba a Frías Sánchez hasta el extremo de hospedarse en hoteles con el único propósito de recoger los preservativos usados y salir a la calle para arrojárselos a cuanta jovencita se la cruzaba. Es precisamente por esta actitud que los médicos los describen como un vouyerista. El sicólogo Gabriel Calderón explica que el vouyer obtiene placer sólo mirando. “En este caso, su fetiche es un preservativo usado, lo que implica agresividad al sexo femenino”, explica el especialista.